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INFORMACION GENERAL

¿Qué aporta el Tronco Básico Universitario al nuevo modelo académico de la Universidad Autónoma de Nayarit?
Breves notas acerca de una experiencia colectiva.
Emma Lorena Sifuentes Ocegueda

A cuatro años de puesta en marcha la reforma académica de la UAN, se hace necesaria la evaluación de los avances para conocer los aciertos y errores de la instrumentación de cambios en la currícula, la pedagogía y la evaluación que se plantearon para forjar el nuevo modelo académico de la Universidad.
La reestructuración de los planes de estudio que devino en un plan de estudios universitario flexible, basado en el aprendizaje por problemas y su resolución, en la investigación, y un sistema de créditos sustentado en formas de evaluación también flexibles, dio lugar a tres fases complementarias del currículum, a saber, el tronco básico universitario (TBU), los troncos básicos de área (TBA) y las fases especializantes (FE) de cada programa académico. Las reflexiones a las que estas notas anteceden se centran principalmente en el funcionamiento del TBU.
De las líneas iniciales planteadas en el Documento Rector para la Reforma Académica, se desprendió el planteamiento de la conformación de un área de formación básica, que habría de orientarse… “a la comprensión del entorno y la adquisición de aptitudes y habilidades, propicias para la integración social de los alumnos en un contexto cultural históricamente determinado […] Se integra por créditos que sirven de fundamento a la creatividad y a todo conocimiento profesional, y determinan un mínimo de capacidad social para la adaptación de nuestros egresados a la vida social activa (UAN, 2002). Ahí mismo se plantearía que sería a través del proceso de la Reforma Académica de la universidad como se definiría con claridad los aspectos formativos básicos (op. Cit. 9-10 pp.)
Al respecto, podemos decir que en el transcurso de estos primeros años del ejercicio de cambio en la vida académica de la UAN, la instrumentación del Tronco Básico Universitario ha requerido que pongamos atención en la fundamentación del mismo como un espacio de iniciación en el autoaprendizaje donde se facilite a los estudiantes el “acceso al armazón interpretativo para relacionar sus conocimientos locales con los conocimientos oficiales” (Posner, 2007). Un espacio concebido teóricamente como el andamiaje de un proceso integrador de códigos educativos relacionados con el currículum, la pedagogía y la evaluación.
En este sentido, las acciones emprendidas en términos de nuevas formas de organización, de actualización académica y de investigación con los grupos de profesores involucrados en el TBU, se han orientado hacia el logro de esos objetivos, actualmente sobre una base de organización de ellos en academias por unidad de aprendizaje, poniendo énfasis en el diseño de contenidos académicos, en las formas de su interactuar con los estudiantes, quienes son considerados un elemento activo del proceso de aprendizaje, así como en la modificación de los procesos de evaluación, con formas y criterios que resulten adecuados y coherentes con la nueva concepción del proceso educativo. Este último ha sido concebido como un proceso de sistematización de conocimientos basado en la identificación y solución de problemas.

El objetivo primordial del TBU consiste en abrir el camino a los estudiantes para cursar con más preparación intelectual su formación profesional, no obstante las deficiencias de su educación pre-universitaria. Estimular sus facultades de aprendizaje mediante el desarrollo de habilidades, conocimientos y destrezas, promovidos desde un sistema de educación basado en la resolución de problemas, la clave para el éxito académico y profesional en el mundo globalizado, que al ser apropiado por los estudiantes, les permita dar cuenta de su identidad (para lo que se requiere aprender a ser), de su capacidad de generación de conocimiento (aprender a aprender), del recurso de nuevas formas de organización (aprender a hacer) así como de ser capaz de comprender y asimilar los procesos colectivos y su dinámica (aprender a convivir).
El principio fundamental del TBU consiste en la integración y contextualización de los conocimientos por un proceso de aprendizaje individual y grupal de resolver problemas, aplicando y no memorizando los conocimientos. Es decir, en proporcionar a través de su pedagogía, los elementos claves del método científico que servirán al estudiante en cualquier contexto del aprendizaje. La integración opera en los niveles siguientes: entre teoría y práctica, entre lo abstracto y lo concreto, entre el texto y la acción, entre grupos e individuos, entre identidad-cultura e interculturalidad, para reproducir al máximo el ambiente intelectual que permitirá a los estudiantes progresar en su formación profesional y en su futuro desempeño laboral.
Para alcanzar el logro de esta meta el TBU utiliza un método que se puede caracterizar por la apropiación de conocimientos a partir del autoaprendizaje, y para ello cuenta con las unidades siguientes: Desarrollo de Habilidades del Pensamiento, Lenguaje y Pensamiento Matemático, Tecnologías de la Comunicación y Gestión de Información, Sociedad e identidad Universitaria y Lengua Extranjera (inglés). Estas unidades se constituyen en ejes articuladores del plan de estudios universitario, en la medida que sus contenidos se verán aplicados por los estudiantes, en las etapas posteriores del mismo y reflejados en el perfil de egreso de los universitarios.
Por otra parte, en concordancia con las líneas de desarrollo de la institución, a través del TBU, se puede contribuir a crear las condiciones para recibir más estudiantes de grupos marginados, cuyas condiciones de acceso a la educación han sido deficientes, para que puedan apropiarse de conocimientos de manera más accesible.
Un elemento clave para el logro de esos propósitos ha sido la formación de profesores del TBU, tal que puedan relacionar teoría y práctica y que se caracteriza por una flexibilidad académica, misma que estimula y crea las condiciones que faciliten a los estudiantes, ya sea individualmente o en grupo, el aprendizaje de los métodos científicos.
Por otra parte, se trata de crear las condiciones para que tanto los sistemas de evaluación como el seguimiento de los programas, correspondan y contribuyan a aquella satisfacción de las necesidades intelectuales de la formación flexible.
El proceso formativo que parte del TBU como fase inicial del plan de estudios universitario, se basa en una lógica de construcción del conocimiento con énfasis en el lenguaje, el pensamiento, la capacidad de simbolizar y de comunicar el conocimiento (formal, social, culturalmente). Estos elementos constituyen los ejes articuladores del
TBU, lo cual fomenta tanto una formación integral como la identidad universitaria que se deberá ver reflejada en el perfil de egreso de los universitarios.
El manejo del lenguaje se considera como uno de los ejes articuladores del nuevo modelo académico en las diferentes etapas del plan de estudios, esto responde tanto al peso de este factor en la apropiación y transmisión del conocimiento, como a la respuesta académica de la institución a las exigencias del proceso de globalización que influyen en la definición del perfil de los egresados para su respuesta al mercado laboral, a los intereses de internacionalización de la institución, así como a la incorporación de una visión intercultural de la construcción del conocimiento. Esta visión, permitirá a la Universidad impactar socialmente y enriquecer los procesos educativos, al involucrar de manera conciente a grupos de estudiantes que por su cultura o condiciones socioeconómicas han sido excluidos de la educación superior.
La sistematización del conocimiento que caracteriza el nuevo modelo académico con énfasis en el proceso de aprendizaje, exige un amplio manejo de estrategias y el desarrollo de las habilidades de gestión de la información para la autogestión del conocimiento. El desarrollo de estas habilidades desde el inicio de la formación universitaria, facilitarán el desempeño de los estudiantes a lo largo de su carrera universitaria, siendo además uno de los rasgos que distinguen la propuesta académica de la UAN.
Es necesario que el personal académico identifique y ligue a su proceso formativo, los elementos que den cuenta que el TBU constituye un factor fundamental del nuevo modelo académico, a través del desarrollo de una lógica de construcción del conocimiento con énfasis en el lenguaje, pensamiento, capacidad de simbolizar y comunicar el conocimiento. Asimismo, mejorar la práctica docente mediante la incorporación del manejo de tecnología educativa, como herramienta de apoyo en el proceso de aprendizaje, lo que además representa una alternativa para la instrumentación de nuevas modalidades educativas.
Podemos decir que las acciones emprendidas por las instancias académicas ligadas al TBU – academias, coordinaciones de unidad de aprendizaje, comités de evaluación, entre otras- se han orientado a avanzar en el sentido de la reconstrucción del proceso educativo. Sin embargo, las acciones concretas han quedado la zaga de la propuesta teórica aún inacabada. Creemos que esto es normal, pues responde a necesidades de cambios institucionales que deben acompañar a la nueva organización del quehacer académico y no pueden darse sino gradualmente, pero además y en gran medida, a que se trata de un proceso social, en el que se ven involucradas personas y grupos (profesores, estudiantes, personal administrativo) con diferentes maneras de pensar y vivir el proceso educativo desde cada trinchera.
Una forma de asimilar esta experiencia como un proceso colectivo y progresivo hacia el desarrollo de la institución y de las personas que formamos parte de ella consiste en plantearnos individual y colectivamente preguntas como las siguientes:
¿Cómo se ha dado este proceso?
¿Qué tipo de respuestas se han generado por parte de los diferentes agentes que participan en él?
¿Cómo se integra el TBU al interior de las unidades de aprendizaje que lo componen y
con las demás fases del plan de estudios?
¿Qué hay por hacer?
Para finalizar estas notas, dejo para la reflexión, y tal vez para su consideración en la búsqueda de las respuestas a las preguntas anteriores.
Anoto aquí algo acerca de la propuesta teórica de la movilidad estructural cognitiva de Reuven Feuerstein (1993), quien plantea:
“Hoy en día se han revisado las diferentes teorías sobre las capacidades humanas en términos de conductas o de procesos cognitivos. Procesos que no son sólo capacidades para aprender en la escuela, sino que también sirven para beneficiarse de las experiencias de la vida, evitando aquello que es inadecuado o no deseado para las propias metas.
La importancia de la cognición nos lleva a preguntarnos cuál sería el objetivo principal de la educación. ¿Ofrecer a los estudiantes aprendizajes de nuevas lenguas, matemáticas, nuevas habilidades y mucha más información? Naturalmente que todo esto es muy importante, pero mucho más importante es “aprender como aprender”, cómo llegar a aprender, cómo usar el pensamiento de una forma eficaz para el aprendizaje. Cuando pensamos realmente todos los conocimientos que tratamos de dar al estudiante, vemos que muchos de estos pueden quedar obsoletos, e incluso, no tener mucho valor, porque no tienen significado real. El aprendizaje, en general, y los conocimientos en particular, deben servir para adaptarse y enfrentarse a nuevas situaciones.
Por tanto, cuando el individuo no puede aprender por cualquier impedimento o dificultad – privación cultural, dificultades de aprendizaje, déficits cognitivos, etc.- podemos pensar en la modificación de la estructura cognitiva deficitaria. ¿Cómo podemos intervenir para modificar ésta? Existen caminos alternativos, el más importante es pensar que no debemos seguir ofreciendo únicamente contenidos. Los contenidos se han de enseñar de forma que el sujeto vaya construyendo activamente sus propias representaciones mentales, para aprender nuevas forma de resolver problemas en el mundo actual.”
Referencias:


UAN (2002). Documento Rector para la Reforma Académica de la Universidad Autónoma de Nayarit.
Posner, Charles; Coord. (2007). Evaluación del TBU y TBAs en el nuevo modelo académico de la UAN. Avances de investigación.
Reuven Feuerstein (1993). Teoría de la movilidad estructural cognitiva.

     

 
 
 
         
           
   

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